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 GUIÑOS A LA AUTORA

“De repente, el despertador empieza a moverse, se eleva sobre la mesilla y se pone a girar sobre sí mismo. Es algo que ya he hecho algunas veces, mover objetos es uno de mis poderes , pero nunca con tanta fuerza. Noto rápidamente que estoy perdiendo el control, pero el reloj me pilla desprevenido cuando empieza a dar volteretas y casi toca el techo. Al final explota. Una lluvia de astillas de madera, metal y cristal cae sobre mí. Me pongo a limpiarlo antes de que mamá o incluso papá vengan a ver que ha pasado.” Ethan (Los Elegidos, 16-17)

“Ethan saca mentalmente el puñal que tiene escondido en la bota, hace que vaya a parar a su mano, y con un rápido movimiento atrapa a la chica que hay dentro de la cúpula. La saca, le aprieta con fuerza contra su pecho y le pone el puñal en la garganta. Fuera de la cúpula, la chica parece muy real. Trata de escapar y tiene los ojos muy abiertos a causa de la confusión y el pánico. Ethan la sujeta con más fuerza. Aparece un hilillo de sangre en el cuello, donde le ha clavado demasiado el puñal. La chica grita.” (Los Elegidos, 268)

Tercer libro por la izquierda: Hidden (Marianne Curley)

Cuarto libro por la izquierda: Los Elegidos (Marianne Curley)



Quinto libro por la izquierda: La Oscuridad (Marianne Curley)

Sexto libro por la izquierda: La llave (Marianne Curley)

Las clases de historia del profesor Marcus Carter es uno de los escenarios donde transcurren acontecimientos relevantes en la trama de los tres libros que conforman la trilogía. La lección del profesor trata sobre el rey Ricardo, un personaje que será fundamental en la historia.

Parece que Alicia es una fan más de los libros de Marianne Curley. En ambos fotogramas vemos como no se separa del libro de la autora australiana: El círculo de fuego.

De forma disimulada, sin llamar la atención, empujo mi bolígrafo hasta el borde del pupitre. Echo un vistazo a mi alrededor para asegurarme de que no mire nadie y hago que el boli empiece a dar vueltas. Durante unos instantes Isabel sigue mirando al frente , pero luego vuelve los ojos. Ve que el bolígrafo da vueltas solo y se queda pálida y boquiabierta." (Los Elegidos, 32) 

"El rey Ricardo levanta la cabeza desde donde está tirado. Tiene los ojos cansados, unas ojeras grandes, la cara pálida y demacrada.

-¿Hugo? ¿Hugo Monteblain? ¿Cómo habéis...? -mira por la celda vacía-. Sufro alucinaciones de nuevo."

(Los elegidos, 252)

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